sábado, 29 de abril de 2017

AMOR ETERNO

El día que mi hija María José nació,realmente no sentí gran alegría porque la decepción que tenia era mayor que el gran acontecimiento que representa tener el primer hijo.Yo ansiaba tener un varón. A los dos días de haber nacido,fui a buscar a mis dos mujeres (mi esposa y mi hija), una lucia pálida y la otra radiante y dormilona.

En pocos meses me dejé cautivar por la sonrisa de María Jose y por el embrujo de su linda mirada fija y penetrante;empecé a amarla de verdad.Su carita,su sonrisa y sus gestos no se apartaban ni un instante de mi pensamiento;quería complacerla en todo;la percibía en cada niño o niña, hacia planes,todo,todo seria para mi adorada María Jose..."

Con frecuencia este relato era contado por diego, papa de María Jose. Cuando una tarde estábamos mi familia y la de Roberto compartiendo un paseo por el campo a la orilla de una laguna, la niña entablo una conversación con su padre;todos escuchábamos...

-¡Papa! ¿Cual sera mi regalo cuando cumpla quince años?

-Pero, mi amor si apenas tienes diez años, ¿no te parece que falta mucho para esa fecha?

-Bueno papa,tu siempre dices que el tiempo pasa volando,aunque yo nunca lo he visto por aquí.

La conversación se extendía y todos participamos de ella.
Al anochecer regresamos a nuestras casas.

Al cabo de un tiempo me encontré con Diego en la acera del colegio donde estudiaba su hija, quien ya tenia catorce años.El se veía muy feliz y la sonrisa no se apartaba de su rostro.Con gran orgullo me indico el registro de calificaciones de María José. Eran notas espectaculares y los estímulos que le había escrito sus profesores eran excelentes.Felicite al dichoso padre y le invite a un café 

María José era el centro de atención en casa, en la mente y en el corazón de la familia,especialmente en el de su padre .Un domingo muy temprano cuando se dirigían al parque , María José tropezó con algo,eso creyeron todos, dio un traspié su papa le agarro de inmediato para que no cayera y luego la  sentó en una banqueta, pero después de un rato vieron ,como María José fue cayendo lentamente a un costado y casi perdió el conocimiento.Su madre la tomo en brazos mientras su padre buscaba el auto y rápidamente la llevaron a la clínica. Allí permaneció por diez días y fue cuando les informaron que su hija padecía de una grave enfermedad que afectaba seriamente su corazón y que debían practicarle otras pruebas para establecer un diagnostico preciso.

Pasaron algunos días ,Diego renunció a su trabajo para dedicarse al cuidado de María José. Su madre quería hacerlo pero decidieron que ella trabajaría,pues sus ingresos superiores a los de el 

Una mañana Diego fue interrogado por su hija:

-No mi amor,no vas a morir,Dios que es tan grande no permitirá que pierda lo que mas he amado,en el mundo,respondió Diego.

-Los que mueren...¿Van algún lugar?...Pueden ver desde allí a las personas queridas? ¿Sabes si pueden volver?

-Bueno hijita, respondió, en verdad nadie a regresado de allá a contar algo sobre eso,pero si yo muriera, no te dejaría sola.Desde el mas allá buscaría la manera de comunicarme contigo, en ultima instancia utilizaría el viento para venirte a verte.

-¿El viento? replico María José.¿Y como lo harías?

-No tengo la menor idea querida,solo se que si algún día muero,sentirás que estoy contigo, cuando un suave viento roce tu cara y una brisa fresca bese tus mejillas.

Ese mismo dia por la tarde, llamaron a Diego. El asunto era grave, su hija estaba muriendo, necesitaba un corazón, por que el de ella no resistía sino unos quince o veinte días mas.¡Un corazón! ¿Donde llar un corazón?

¿Lo vendían en la farmacia acaso,en el supermercado,o en una de esas grandes tiendas que hacen propaganda por radio y televición? 

¡Un corazón!¿Donde?

Ese mismo mes,María José cumpliría sus quince años.Fue el Viernes por la tarde  cuando consiguieron un donante, las cosas iban a cambiar.El Sábado por la tarde, María José estaba operada.

Todo salio como los médicos habían planeado .¡Éxito total!.
Sin embargo,Diego no había vuelto por la clínica y María José lo extrañaba muchísimo.

María José permaneció en el hospital por quince días mas;los médicos no habían querido dejarla ir hasta que su corazón estuviera bien.

Superada la ultima evaluación, la llevaron a casa y todos se sentaron en la sala;su mama con los ojos llenos de lagrimas

le entrego una carta de su padre.

"María José,mi gran amor: al momento de leer mi carta debes tener quince años un corazón fuerte latiendo en tu pecho;esa fue la promesa de los médicos que te operaron .No puedes imaginar ni remotamente cuanto lamento no estar a tu lado en este instante.Cuando supe que ibas a morir decidí dar respuesta a una pregunta que me hiciste cuando tenias diez años y que no respondí. Decidí hacerte el regalo mas hermoso que nadie jamas a hecho.Te regalo mi vida entera sin condición alguna, para que hagas con ella lo que quieras.

¡Vive hijita mía!¡Te amo¡  
              

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