martes, 21 de junio de 2016

¡¡Feliz día de San Valentin!!


Ánimo | 9909 lecturas
Un hombre de cierta edad vino a la clínica donde trabajo, para hacerse curar una herida en la mano. Tenía bastante prisa y mientras lo curaba, le pregunté qué era eso tan urgente
que tenía que hacer.
Me dijo que tenía que ir a una residencia de ancianos, para desayunar con su mujer que vivía allí. Me contó que llevaba algún tiempo en ese lugar y que tenía un Alzheimer muy avanzado.
Mientras terminaba de vendar la herida, le pregunté si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana.
–No, me dijo. Ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce. Entonces, le pregunté extrañado:
–Si ya no sabe quién es usted, ¿Por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas? Me sonrió y dándome una palmadita en la mano me dijo:
–«Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella»
Tuve que contener mis lágrimas mientras salía y pensé: Esa es la clase de amor que quiero para mi vida.
«El verdadero amor no se reduce a lo físico, ni a lo romántico. El verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya no es»?
Ánimo | 9909 lecturas
Un hombre de cierta edad vino a la clínica donde trabajo, para hacerse curar una herida en la mano. Tenía bastante prisa y mientras lo curaba, le pregunté qué era eso tan urgente
que tenía que hacer.
Me dijo que tenía que ir a una residencia de ancianos, para desayunar con su mujer que vivía allí. Me contó que llevaba algún tiempo en ese lugar y que tenía un Alzheimer muy avanzado.
Mientras terminaba de vendar la herida, le pregunté si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana.
–No, me dijo. Ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce. Entonces, le pregunté extrañado:
–Si ya no sabe quién es usted, ¿Por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas? Me sonrió y dándome una palmadita en la mano me dijo:
–«Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella»
Tuve que contener mis lágrimas mientras salía y pensé: Esa es la clase de amor que quiero para mi vida.
«El verdadero amor no se reduce a lo físico, ni a lo romántico. El verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya no es»?

A mis Padres

Familia | 65573 lecturas

No me deis todo lo que os pida; a veces lo hago para ver cuánto puedo obtener.
No me deis siempre órdenes; si me pidierais las cosas con cariño, yo las haría más rápido y con más gusto.
Cumplid las promesas buenas o malas; si me ofrecéis un premio, dámelo... pero también dame el castigo si me lo merezco.
No me comparéis con nadie, especialmente con mis hermanos, no sería justo y me hace sufrir.
No corrijáis mis faltas delante de otros; enseñadme a mejorar cuando estemos solos.
No me gritéis; os respeto menos cuando lo hacéis. Además aprendo a gritar también y no quiero hacerlo.
Dejadme hacer las cosas por mí mismo; si lo hacéis todo por mí yo nunca aprenderé.
No digáis mentiras delante de mí, ni me pidáis que las diga por vosotros, aunque sea para sacaros de un apuro; me hacéis sentir mal y perder la fe en vuestra palabra.
Cuando yo hago algo mal, no me exijáis que os diga el porqué, pues a veces ni yo mismo lo sé.
Cuando estés equivocados en algo, admitidlo para que crezca la opinión que tengo de vosotros y así me enseñareis a admitir mis equivocaciones.
Tratadme con la misma amabilidad y cordialidad con que tratáis a vuestros amigos; ya que, aunque sea vuestro hijo, también podemos ser amigos.
No me digáis que haga lo que vosotros no hacéis. Yo siempre aprendo, no por lo que me decís que debo hacer, sino por lo que veo que hacéis.
Enseñadme a conocer y amar a Dios, pero recordad que quiero aprenderlo a través de vuestro ejemplo.
Cuando os cuente un problema, no me digáis: “No tengo tiempo para tonterías” o “Eso no tiene importancia”; tratad de comprender y ayudadme. Para mí es importante.
Amadme mucho y decídmelo a menudo, a mi me gusta oírlo, aunque penséis que no es necesario.
“Instruye al niño en su camino y aún cuando fuere viejo, no se apartará de él”Proverbios: 22 / 6

Unos minutos para mi hijo

Familia | 63059 lecturas

Con voz tímida y unos ojos llenos de expectativas, el pequeño recibió a su padre cuando regresaba del trabajo y le preguntó:
–Papá, ¿Cuánto ganas por una hora de trabajo?
El Padre con gesto extraño le respondió: –Hijo esas cosas no se las digo ni a tu madre, así que no me molestes que vengo muy cansado del trabajo.
Pero el niño insistió: –Pero papa, por favor dime, cuánto ganas por hora.
Para terminar con el asunto el padre respondió: –Gano aproximadamente cinco dólares por hora.
Sin inmutarse, el niño mirándole fijamente a los ojos le preguntó: –Papá, ¿Podrías prestarme dos dólares?
El hombre desconcertado por la situación le dijo con brusquedad: –¿Por eso querías saber cuánto gano por hora, no?
Vete inmediatamente a la cama, hace rato que deberías estar durmiendo en lugar de estar aquí molestándome.
Al cabo de unos minutos el padre reflexionó sobre lo que había ocurrido, se sentía mal y como faltaban pocos días para Navidad, pensó que quizás su hijo quería el dinero para comprar algún regalo… así que fue hasta el cuarto del pequeño y con una voz muy suave le preguntó:
–¿Duermes hijo? –No papá respondió el pequeño.
–Escucha hijo, aquí tienes los dos dólares que me pediste. –¡Gracias papá! dijo el niño y acto seguido metió sus manitas debajo de la almohada y sacó tres dólares más.
Entonces le dijo: –¡Papá ahora sí que estoy contento, por fin tengo los cinco dólares que quería!
–¿Para qué quieres esos cinco dólares?, dijo el hombre.
–El niño extendió los billetes hacia su padre y le preguntó: –Papá ¿Podrás ahora dedicarme una hora de tu vida?
¡Papá, mamá, abramos los ojos de una vez! Nuestros hijos necesitan de nosotros. No necesitan solamente amigos y que alguien supla sus necesidades económicas y les de abrigo, ropa, comida, libros, zapatos, juegos, etc.
Necesitan desesperadamente modelos de vida, modelos masculinos y femeninos para poder desarrollarse adecuada y equilibradamente.
Dedícales a tus hijos el tiempo que necesitan. La televisión y los videojuegos no podrán aportarles lo que puede brindarles pasar unos minutos al día junto a ti. Y no te excuses diciendo que no tienes tiempo, porque no estamos hablando de horas, sino de algunos minutos al día, pero eso si, tendrán que ser minutos de calidad, minutos en los que puedas expresarles a través de cualquier actividad o de simplemente estar juntos sin hacer nada, que ellos son importantes, que tienen valor como personas, que les consideras y les amas por lo que son.
«Piensa una cosa, si tú no lo haces, fácilmente aparecerá alguien que estará dispuesto a hacerlo por ti»

Ámame como eres

Amor | 72015 lecturas

Yo soy tu Dios… tu Señor… tu Creador… tu Salvador… tu Maestro… tu Hermano… tu Amigo…
Conozco tus miserias, así como las aflicciones y tribulaciones de tu alma…
Soy consciente de la debilidad y enfermedad de tu cuerpo, lo mismo que de tus pecados…
Aunque seas débil en la práctica del deber y en la virtud y caigas nuevamente en los mismos pecados de siempre, que ya sé, que no quieres cometer…
A pesar de todo, Yo te digo: “Dame tu corazón y ámame tal como eres”
Si esperas ser un ángel para amarme, si esperas a ser perfecto, no me amarás jamás.
¿No podría Yo, acaso, hacer de cada grano de arena un serafín radiante de pureza, de nobleza y de amor, que me sirviera y obedeciera a la perfección?…
Sin embargo, yo prefiero el amor de tu corazón tal y como estás.
Dame tu amor y te enseñaré a amar más allá de lo que nunca has soñado…
Ámame como eres…
¡Ámame! y confía en mí en todo instante, en cualquier situación, en el fervor o en la tibieza, en la fidelidad o en la infidelidad, ámame como eres, y confía en mí…
Hijo mío, yo no necesito tu ciencia ni tu talento, tan sólo quiero el canto de amor de tu corazón,
Sí, claro que quiero transformarte, pero poco a poco, por ahora te quiero como eres y deseo que tú hagas lo mismo.
Quiero que pienses y confíes en mí a cada hora del día y de la noche, quiero que la acción más insignificante, que hagas, la hagas por amor a mí.
No dudes, ten Fe y confía en Mí.
“Dame tu corazón y ámame tal como eres” 

La necesidad de un padre

Familia | 40533 lecturas

Un conocido me escribió hace algunos años una carta en la que me contaba ciertas experiencias que había vivido cuando era un jovencito.
Desde niño hasta mi adolescencia, fui una persona muy rebelde. No obstante, cuando mi padre empezó a pasar más tiempo conmigo, experimenté una impresionante transformación.                           
Mi padre se iba a trabajar al medio día y regresaba por la noche muy tarde. Cuando yo me levantaba él estaba durmiendo, y cuando yo llegaba del colegio, él ya se había ido a trabajar. Casi nunca lo veía, a excepción de unas pocas horas los fines de semana.
En aquellos años me metí en muchos problemas. Robaba dinero para mis caprichos y en el colegio me iba muy mal.  A los catorce años me detuvieron por robar en un comercio y me enviaron a un correccional. La primera reacción de mi padre fue de enfado, pero después se dio cuenta de que la culpa había sido suya por no haber desempeñado mejor su papel de padre.

Cambió de trabajo para poder pasar más tiempo conmigo, de manera que cuando llegaba del colegio, él ya estaba en casa. Pasábamos mucho tiempo juntos, empezó a interesarse por mi rendimiento escolar, a ayudarme con mis tareas y en lugar de irse a pasar el tiempo en algún sucio salón de billar con sus amigos, me llevaba a un centro recreativo donde practicabamos varios tipos de deportes.

Mi vida cambió gracias a que mi padre me expresó su amor y comprensión. En el colegio mis notas mejoraron tanto que llegué a estar en el cuadro de honor. Hice nuevos amigos, chicos estudiosos y respetuosos que no se metían en líos.

Ahora me doy cuenta que aunque exteriormente me mostraba duro, interiormente necesitaba y anhelaba amor, atención y compañía. La clave, fue el amor que mi padre supo expresarme, pasando tiempo conmigo.

Todos los niños necesitan un padre o al menos una figura paternal de alguien que les transmite admiración, cariño, ternura, valor, alguien que tiene fe en ellos, que disfruta de su compañía y que tienes ganas de estar con ellos. En realidad todos necesitamos ser comprendidos, tener a alguien que se pongan en nuestro lugar, que se interese por nosotros cuando nos sentimos decepcionados, que nos sostenga cuando perdemos la esperanza y que esté a nuestro lado para celebrar las alegrías y los logros alcanzados.

¿Reciben tus hijos ese amor? Muchas veces quizas no sepas que hacer con ellos, porque todo lo que digas les entrará por un oido y les sale por el otro. Puedes aconsejarles de mil maneras y decirles las consecuencias que pueden tener por llevar una vida desordenada. Puedes decirles todo lo que quieras, que por bueno y acertado que sea, si tus palabras no estan revestidas de amor, paciencia, afecto, ternura y cariño, de nada servirán.

«Porque no se trata de decir lo correcto, sino de ser correctos... no se trata de explicar, sino de vivir... no se trata de enseñar o informar, sino de lo que les transmitimos a traves de nuestras actitudes, reacciones, conducta... que es en definitiva lo que ellos captan a pesar de nuestras palabras»

lunes, 20 de junio de 2016

La historia de un soldado

REFLEXIÓN SOLDADO


"Una historia que fue contada por un soldado que pudo regresar a casa después de haber peleado en la guerra de Vietnam. Le habló a sus padres desde San Francisco. "Mamá, Papá. Voy de regreso a casa, pero les tengo que pedir un favor, traigo a un amigo que me gustaría que se quedara con nosotros.

"Claro," - le contestaron -, "Nos encantaría conocerlo "Hay algo que deben de saber", - el hijo siguió diciendo-, El fue herido en la guerra. Piso en una mina de tierra y perdió un brazo y una pierna, él no tiene a donde ir, y quiero que venga a vivir con nosotros a casa.

"Siento mucho el escuchar eso, hijo. A lo mejor podemos encontrar un lugar en donde él se pueda quedar. "No, Mamá y Papá, yo quiero que él viva con nosotros. "Hijo," -le dijo el padre, - Tú no sabes lo que estas pidiendo. Alguien que esta tan limitado físicamente puede ser un gran peso para nosotros.  

Nosotros tenemos nuestras propias vidas que vivir, y no podemos dejar que algo como esto interfiera en ello. Yo pienso que tú deberías regresar a casa y olvidarte de esta persona. El encontrará la manera en la que pueda vivir sólo."

En ese momento el hijo colgó la bocina del teléfono. Los padres ya no volvieron a escuchar de él. Unos cuantos días después; los padres recibieron una llamada telefónica de la policía de San Francisco. Su hijo había muerto después de que se había caído de un edificio, fue lo que les dijeron.

La policía creía que era un suicidio. Los padres destrozados de la noticia volaron a San Francisco y fueron llevados a la morgue de la ciudad para identificar a su hijo. Cuando lo reconocieron, para su horror, descubrieron algo que no sabían. Su hijo tan sólo tenía un brazo y una pierna.

Los padres de esta historia son como muchos de nosotros. Encontramos muy fácil amar a esas personas que son hermosas por fuera o que son entretenidas, pero no nos gusta la gente que nos hace sentir alguna inconveniencia o que nos hace sentir incómodos. Preferimos estar alejados de personas que no son muy saludables, hermosas o inteligentes como lo somos nosotros.

Afortunadamente, hay una persona que no nos trata de esa manera. Alguien que nos ama con un gran amor, que siempre nos recibirá en su casa, no importa que tan destrozados estemos, física o mentalmente. Esta noche, cuando te dispongas a dormir, haz una oración a Dios para que El te dé la fuerza para aceptar a las personas, tal y como son, y para que nos ayude a ser más comprensivos con esas personas que son diferentes a nosotros.

La caja llena de besos



La historia va así:Hace ya un tiempo, un hombre castigo a su pequeña niña de 3 años por desperdiciar un rollo de papel de envoltura dorado. El dinero era escaso en esos días por lo que exploto en furia cuando vio a la niña tratando de envolver una caja para ponerla debajo del árbol de navidad.
La niña le llevo el regalo a su padre la siguiente mañana y dijo:"Esto es para ti Papito", Él se sintió avergonzado de su reacción de furia, pero este volvió a explotar cuando vio que la caja estaba vacía.
Le volvió a gritar diciendo: "¡¿Qué no sabes que cuando das un regalo a alguien, se supone que debe haber algo adentro?!"
La pequeñita volteo hacia arriba con lágrimas en los ojos y dijo, "Oh papito, no esta vacía, yo sople besos adentro de la caja, todos para ti papito".
El Padre se sintió morir; puso sus brazos alrededor de su niña y le suplico que lo perdonara.
Se ha dicho que el hombre guardo esa caja dorada cerca de su cama por años y siempre que se sentía derrumbado, el tomaba de la caja un beso imaginario y recordaba el amor que suniña había puesto ahí.
En una forma muy sensible, cada uno de nosotros hemos recibido un recipiente dorado, lleno de amor incondicional y besos de nuestros hijosamigos, familia o de Dios.
Nadie podría tener una propiedad o posesión más hermosa que esa.

¡Quédate aquí!

Reflexiones | 30674 lectura

Quédate aquí, –dijo la mujer, aparentando dulzura, aquí vas a estar muy bien.
Verás correr a los perritos y te vas a divertir mucho. A continuación puso una bolsa con pañales a su lado y una nota escrita que decía: «Me llamo John King y padezco de Alzheimer», y desapareció, abandonando al anciano en una pista de carreras de perros.
La que abandonó al anciano era Sue Gifford, una mujer de cuarenta y un años de edad y el anciano abandonado era su propio padre, de ochenta y dos años, y víctima de Alzheimer.
Para librarse de la carga que significa esa enfermedad, la hija lo llevó a una pista de carreras de perros y lo abandonó en su silla de ruedas. El juez la condenó a seis años de prisión.
Este caso, que apareció en uno de los periódicos de Estados Unidos, conmovió a toda una comunidad. Se sabe que la enfermedad de Alzheimer es dolorosa. Deja a la persona totalmente inhabilitada y no puede valerse por sí misma. Es un caso patético del ser humano que ha perdido lo mejor de si.
No obstante, hay una ley universal que descansa sobre el ser humano: «Obedezcan y cuiden a su padre y a su madre. Así podrán vivir muchos años en el país que les voy a dar» Éxodo 20:12.
Este es el quinto mandamiento del decálogo de Moisés. Abandonar a los padres ancianos por cualquier causa que sea y especialmente si es sólo por quitarnos de encima el estorbo que ellos representan, es el colmo de la ingratitud y el desprecio.
Hay excelentes establecimientos especializados para prestar la debida atención a los ancianos.
Muchos hijos, con sabiduría y cariño, internan allí a sus progenitores, porque se les hace imposible convivir con ellos. Pero no los abandonan, siguen en el corazón de cada hijo, se toman el tiempo de estar con ellos demostrando preocupación y ternura.
Sin embargo, cuando se da el caso de hijos que no tienen la facilidad de internar a sus padres en lugares como esos, tiene que ponerse en juego otros recursos. Aquí es donde entra un amor muy especial y un cariño único.
El mandamiento de honrar a los padres viene de Dios. También viene de Dios, para quien lo desee, la inspiración, la paciencia y la determinación de proceder conforme a los eternos y justos mandamientos divinos.
«Honremos a nuestro padre y a nuestra madre. Algún día seremos nosotros los que recibamos esa honra»

Quiero volver a confiar

Reflexiones | 29365 lecturas

Fuimos criados con principios morales comunes, cuando éramos niños, madres, padres,
profesores, abuelos, tíos y vecinos. Eran autoridades dignas de respeto y consideración.
Era inimaginable responder o tratar sin mostrar respeto a los más ancianos, a maestros o
autoridades… Era una falta de educación.
Confiábamos en los adultos porque todos eran padres, madres o familiares de todos los
chicos vecinos del barrio. Solo teníamos miedo de la oscuridad, de los sapos, ratones, o
películas de terror.
Hoy tengo una tristeza infinita por todo lo que hemos perdido. Por todo lo que mis nietos
un día temerán. Por el miedo que percibo en la mirada de los niños, jóvenes, viejos y adultos.
¿Pagar las deudas es ser tonto?…
¿Amnistía para los estafadores?…
¿Los honestos son ridículos?…
¿No aprovecharse de la situación es ser necio?
¿Qué pasó con nosotros…? Profesores maltratados en las aulas, comerciantes amenazados por traficantes, los corruptos pavoneándose de su poder, rejas en nuestras ventanas y puertas.
Cada uno encerrado en su mundo. Hijos exigiendo regalos o dinero por pasar de curso.
¿Dónde están los valores, la moral y la ética? ¿Qué tenemos que dar para recibir un abrazo?
¿Desde cuándo a lo correcto se lo considera ridículo?
Más vale un auto caro que una amistad auténtica. Es más importante una televisión de pantalla gigante que una conversación entre amigos o familiares. Más vale un traje de Armani que un diploma. En definitiva, vale más parecer, que ser…
Ya estoy harto de vivir asustado y encerrado por temor.
¡Quiero sacar las rejas de mi ventana para poder tocar las flores!
¡Quiero sentarme en la vereda y poder tener la puerta abierta en las noches de verano!
¡Quiero que la honestidad vuelva a ser motivo de orgullo!
¡Quiero que se vuelva a poner de moda la rectitud de carácter, la cara limpia y la mirada
a los ojos!
¡Quiero esperanza, alegría, confianza y fe!
¡Quiero que nos avergoncemos de lo que está mal y seamos solidarios!
¡Quiero volver a enorgullecerme de nuestros líderes políticos, sindicales y religiosos!
¡Quiero que la palabra de honor dada por un hombre, vuelva a ser sinónimo de juramento!
¡Quiero ser y no simplemente tener y hacer!
¡Quiero recuperar la verdadera vida, simple como la lluvia, limpia como el cielo de abril,
refrescante como la suave brisa de la mañana!
¡Y definitivamente lo quiero para tí, tanto como para mí!
Sueño con un mundo sencillo para todos. Un mundo que tenga el amor, la caridad, la solidaridad,
el respeto, el perdón…como valores incuestionables. No puedo tolerar ciertas
cosas; la corrupción, la falta de ética, de moral, de respeto… me indignan.
Volvamos a ser los protagonistas de nuestra propia vida y a recuperar el tesoro que hemos
ido perdiendo poco a poco durante todos estos años. Es la única manera de construir un
mundo mejor, más justo, donde las personas se respeten, dejemos de estar crispados, de
abusar unos de otros y podamos tener verdadera paz en nuestro corazón.
¿Utopía?… es posible, pero por lo menos, hagamos el intento. Nuestros hijos se lo merecen
y nuestros nietos nos lo agradecerán.
«Comparte este mensaje con tu familia y amigos, tal vez ellos tengan el deseo de encontrar el
tesoro perdido»

Sueños

Ánimo | 10407 lecturas

Jamás perititas que nadie, absolutamente nadie te diga quien eres… que nadie marque tu destino… y que te diga que debes hacer; ya que solo Dios tiene el derecho de decirte quién eres, cómo eres y para qué sirves.
Muchos, han tenido la vocación por tener una determinada profesión, pero el entorno, lo influyo para ser otra cosa y hoy ya tarde, se dan cuenta de que son unos fracasados.
Todos tenemos sueños desde pequeños y si estos están dentro de la voluntad de Dios, que nada ni nadie nos quite esa visión, para que ese éxito te hg realmente feliz.
Que tengas un buen día…

Aire - Dios

Ánimo | 8060 lecturas

Dios es como el aire, no se ve pero existe. Sin aire no hay vida física... sin Dios en el corazón del hombre. tampoco hay vida espiritual.

Algo de amor

Ánimo | 24848 lecturas

Un hombre de cierta edad vino a la clínica donde trabajo, para hacerse curar una herida en la mano. Tenía bastante prisa y mientras lo curaba, le pregunté qué era eso tan urgente que tenía que hacer.
Me dijo que tenía que ir a una residencia de ancianos, para desayunar con su mujer que vivía allí. Me contó que llevaba algún tiempo en ese lugar y que tenía un Alzheimer muy avanzado.
Mientras terminaba de vendar la herida, le pregunté si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana.
–No, me dijo. Ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce. Entonces, le pregunté extrañado: –Si ya no sabe quién es usted, ¿Por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas? Me sonrió y dándome una palmadita en la mano me dijo:
–«Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella»
Tuve que contener mis lágrimas mientras salía y pensé: Esa es la clase de amor que quiero para mi vida.
«El verdadero amor no se reduce a lo físico, ni a lo romántico. El verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya no es»

¡¡Feliz día del padre!!

Ánimo | 267 lecturas


Un conocido me escribió hace algunos años una carta en la que me contaba ciertas experiencias que había vivido cuando era un jovencito.
Desde niño hasta mi adolescencia, fui una persona muy rebelde. No obstante, cuando mi padre empezó a pasar más tiempo conmigo, experimenté una impresionante transformación.
Mi padre se iba a trabajar al medio día y regresaba por la noche muy tarde. Cuando yo me levantaba él estaba durmiendo, y cuando yo llegaba del colegio, él ya se había ido a trabajar. Casi nunca lo veía, a excepción de unas pocas horas los fines de semana.
En aquellos años me metí en muchos problemas. Robaba dinero para mis caprichos y en el colegio me iba muy mal. A los catorce años me detuvieron por robar en un comercio y me enviaron a un correccional. La primera reacción de mi padre fue de enfado, pero después se dio cuenta de que la culpa había sido suya por no haber desempeñado mejor su papel de padre.
Cambió de trabajo para poder pasar más tiempo conmigo, de manera que cuando llegaba del colegio, él ya estaba en casa. Pasábamos mucho tiempo juntos, empezó a interesarse por mi rendimiento escolar, a ayudarme con mis tareas y en lugar de irse a pasar el tiempo en algún sucio salón de billar con sus amigos, me llevaba a un centro recreativo donde practicábamos varios tipos de deportes.

Mi vida cambió gracias a que mi padre me expresó su amor y comprensión. En el colegio mis notas mejoraron tanto que llegué a estar en el cuadro de honor. Hice nuevos amigos, chicos estudiosos y respetuosos que no se metían en líos.
Ahora me doy cuenta de que aunque exteriormente me mostraba duro, interiormente necesitaba y anhelaba amor, atención y compañía. La clave, fue el amor que mi padre supo expresarme, pasando tiempo conmigo.
Todos los niños necesitan un padre o al menos, una figura paternal de alguien que les transmita admiración, cariño, ternura, valor, alguien que tiene fe, que disfruta de su compañía y que tiene ganas de estar con ellos. En realidad, todos necesitamos ser comprendidos, tener a alguien que se ponga en nuestro lugar, que se interese por nosotros cuando nos sentimos decepcionados, que nos sostenga cuando perdemos la esperanza y que esté a nuestro lado para celebrar las alegrías y los logros alcanzados.
¿Reciben tus hijos ese amor? Muchas veces quizás no sepas qué hacer con ellos, porque todo lo que digas les entrará por un oído y les saldrá por el otro. Puedes aconsejarlos de mil maneras y decirles las consecuencias que pueden tener por llevar una vida desordenada.
Puedes decirles todo lo que quieras, que por bueno y acertado que sea, si tus palabras no están revestidas de amor, paciencia, afecto, ternura y cariño, de nada servirán.
«Porque no se trata de decir lo correcto, sino de ser correctos… no se trata de explicar, sino de vivir… no se trata de enseñar o informar, sino de lo que les transmitimos a través de nuestras actitudes, reacciones, conducta… que es en definitiva lo que ellos captan a pesar de nuestras palabras»

martes, 7 de junio de 2016

                           El perdón


Como de costumbre el tren hacia su recorrido, pero esta vez fue testigo de una historia cargada de una gran emoción.
En él viajaba un joven que tenía su rostro entre las manos. Cuando se dejaba ver, se percibían las huellas de tristeza, dolor y preocupación.
Un señor mayor que estaba sentado frente a él, le pregunto cuál era el motivo de su turbación. El joven comenzó a relatarle su historia: – "En mi adolescencia, no repare en los consejos de mi madre y en una de mis andanzas, maté a una persona. Fui juzgado y condenado a diez años de prisión, cumplí la sentencia en una cárcel lejos de mi casa. Nadie me visito, ni me escribió durante ese tiempo y todas las cartas que envié no tuvieron respuestas.
Unos meses atrás, cuando supe que me iban a liberar le escribí a mi madre una carta pidiéndole perdón por no haber tenido en cuenta sus consejos, y le comuniqué que en pocos meses saldría en libertad, que deseaba regresar a casa, además quería saber si ella me perdonaría.
Continuó diciendo: - No sé si me estarás esperando, pero si lo vas hacer te pido que me des una señal. ¿Te acuerdas del naranjo que está en la estación de trenes? Si me has perdonado y aceptas que regrese a casa, pon una cinta amarilla en ese árbol, cuando esté llegando, si la veo, me bajaré, de lo contrario seguiré de largo.
Mientras tanto el tren se acercaba a la estación en la que debería bajar. El joven con mucho temor le pidió a su compañero de viaje, que mirara por él, mientras se tapaba su rostro.
El tren comenzó a disminuir su marcha, cuando de repente, el señor que estaba mirando por la ventanilla, gritó lleno de alegría: – ¡Mira, mira…! Alzando los ojos surcados por las lágrimas, el joven no podía creer lo que estaba viendo, contempló el espectáculo más hermoso que podían ver sus ojos. El naranjo no tenía una cinta amarilla, tenía cientos y no solo eso, todos los árboles del pueblo estaban colmados de cintas amarillas. No solo su madre, sino sus amigos y conocidos le querían demostrar que lo habían perdonado. Cientos de personas le dieron una cariñosa bienvenida.
Quiero que sepas que hay una persona llamada Jesús, que como la madre y los amigos del joven de la historia, puede perdonarte hasta el acto más aberrante que hayas cometido. Muchas veces escuchamos decir a las personas, «No tiene perdón de Dios» Sí… claro que lo tiene. Hasta el personaje más siniestro que el mundo haya conocido puede alcanzar el perdón de Dios. ¡Quita esta mentira de tu mente, solo debes arrepentirte y recibirás Su misericordia!
Te parecerá extraño, pero así es el Señor. ¿Sabes por qué? Porque Él es amor, y nos ama a pesar de lo miserable que podemos ser. Su misericordia… es infinita…
«El joven de la historia tenía miedo de no ser perdonado, por eso pidió una señal. Cuando pidas perdón a Dios, jamás tengas temor, antes de que tú se lo pidas, todos los árboles del cielo, ya están repletos de cintas amarillas»